Pintor ecuatoriano que continua plasmando sueños y pesadillas, sigue alborotando realidades y fantasías visuales que plasman certezas absolutas de un universo semiológico sub-realista, en el que la vida y la muerte cobran un valor absoluto en toda su obra plasmada en cuadros y artesanias.
A pesar de que en el país no hay políticas culturales sólidas que ayuden al progreso de esta actividad y peor aún a promover nuevas manifestaciones artísticas, en nuestro país existen valiosos ‘hacedores’ culturales que se preocupan por dar a conocer su obra, por tratar de despertar la sensibilidad en el pueblo (mediante el desarrollo de su gusto estético); este es el caso de Pedro Herrera Ordóñez.
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